Monstruos en Mi Armario (Espanol)

Caleb tenía un problema. Está aterrado de los monstruos de su armario. ¡¡No está teniendo pesadillas! Estos visitantes son muy reales. Sus padres no saben que hacer para ayudarle. Pareciera que lo han tratado todo. Pero Caleb aprende que tiene autoridad sobre ellos y como hacerlos que se vayan para siempre usando el poderoso nombre de Jesús.

Aunque la historia de Caleb y los monstruos narrada en las páginas anteriores es sumamente ficticia, los elementos individuales de la historia han sido sacados de experiencias reales descritas por un número incontable de niños. Muchas personas me han escrito y compartido sus experiencias personales o la de sus niños. Ellos han experimentado, no sólo pesadillas comunes asociadas a la infancia, sino que, terrores nocturnos. Los terrores nocturnos son únicos en muchos sentidos. Fue a partir de testimonios individuales que moldeé la historia de Caleb.

Monstruos: Experiencias Aterradoras de Gente Real

Tina G. escribió: “Realmente esto pasa en mi familia. Por lo menos en tres o cuatro generaciones todas las mujeres han tenido pesadillas y monstruos en sus armarios cuando niñas. Yo tenía miedo de la oscuridad hasta casi el fin de mi adolescencia y recuerdo que cuando era aún niña me despertaba en la mañana con marcas en mis costados y espalda (estos son ejemplos de los asaltos físicos mencionados anteriormente). Cuando mi propia hija empezó a tener terrores nocturnos, yo no sólo me opuse a esto con la autoridad del nombre de Jesús Cristo,  pero también oré y ayuné para romper esta maldición generacional.

Ella jamás volvió a tener miedo en la noche y yo sé que sus hijos tampoco tendrán.

Tina G. escribió: “Realmente esto pasa en mi familia. Por lo menos en tres o cuatro generaciones todas las mujeres han tenido pesadillas y monstruos en sus armarios cuando niñas. Yo tenía miedo de la oscuridad hasta casi el fin de mi adolescencia y recuerdo que cuando era aún niña me despertaba en la mañana con marcas en mis costados y espalda (estos son ejemplos de los asaltos físicos mencionados anteriormente). Cuando mi propia hija empezó a tener terrores nocturnos, yo no sólo me opuse a esto con la autoridad del nombre de Jesús Cristo,  pero también oré y ayuné para romper esta maldición generacional. Ella jamás volvió a tener miedo en la noche y yo sé que sus hijos tampoco tendrán.

Catherine J. recuerda: “desde la edad de uno o dos años hasta que estaba en mis veintes, sufría de estos llamados terrores nocturnos. Describirlos es casi imposible porque raramente había sueños conectados a ellos. Era como estar conectada a un enchufe con ondas de choques atravesando mi cuerpo. Un miedo indescriptible me envolvía y era siempre una lucha despertarme. Una vez despierta, hacía todo lo posible para no volver a dormir por puro miedo a que todo volviera a repetirse.”

Devon H. compartió: “Mientras iba creciendo, no me di cuenta de lo que ocurría. Pero después de llegar a ser un adulto cristiano, pude sacar unas conclusiones. Siempre tenía pesadillas recurrentes y continuamente me despertaba en la misma parte del sueño experimentando una extrema e intensa sensación de miedo. Yo sabía que había algo en la oscuridad de mi habitación que causaba esto, pero no podía discernirlo. De niño, no tenía recursos para tratar con la situación y por esto me sentía muy atemorizado. Tenía pavor de la oscuridad.”

HABLANDO EL IDIOMA DEL ESPÍRITU 

Escrito por Becky Fischer
Ilustrado por Shannon Wirrenga
Traducido por Scheila Borrego

Libro de Bolsillo – $10.95
Descargar – $8.95

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